Leer es, para mí, MI momento. Leo libros como quien salta, en la rayuela, de un casillero al siguiente. Como quien vuelve hacia atrás, al libro anterior, se detiene o relee ese capítulo que tanto le había gustado.

Desde que soy madre, leo unos 4 o 5 libros de principio a fin cada año.

Y, a ellos, se suman otros 20, 25 o 30 que disfruto de forma absolutamente libre y desordenada. A veces me quedo a medias. Otras, empiezo por la mitad. En ocasiones voy a ver el final y algunas veces entro por donde el índice más me llama.

Esta manera de leer, que puede ser un pecado mortal para algunos, es lo que mantiene siempre viva la lectura en esta etapa de mi vida con poco tiempo, mucho trabajo, crianza a pleno y pocas horas de sueño.

Es lo que me permite disfrutar, sin exigencias, de cada una de las palabras que caen en mis manos.

Por eso, este artículo no pretende ser un conjunto de titulares que te recomiendo añadir a tu lista de pendientes. No quiero que pienses “cuando acabe el libro que tengo a medias, y lea esos dos que me compré y no abrí, voy a empezar a leer ese otro que recomienda Flor”.

Leer no debería ser eso.

Leer, para mí, es disfrutar, es imaginar, reflexionar, aprender y descubrir.

Y me encantaría que fuera así para ti también.

Así que me he animado a compartir contigo algunos de los libros que han pasado por mis manos. Y no lo haré desde el lugar de la crítica literaria, sino desde mi experiencia y lo que me ha aportado cada uno de ellos.

¡Vamos allí!

 

29 días para conectar con tu felicidad económica, de Nieves Villena

Empiezo por el libro de Nieves, 29 días para conectar con tu felicidad económica, porque no solo ha sido uno de los pocos que he leído al completo en el último año sino que, además, he vuelto a él más de una vez.

Es una verdadera delicia y te lo recomiendo encarecidamente si tienes un negocio y esto de las finanzas no te gusta nada de nada.

Su sencillez y  cercanía hacen que sea un libro perfecto para empezar a aprender de finanzas y comprender de una vez cuál es el significado de la palabra abundancia.

La autora propone entender el dinero como una relación, un aliado que nos permite seguir aportando valor. Incluye en su libro ejercicios prácticos y reflexiones, que lo hacen verdaderamente llevadero.

La propuesta es hacerlo en 29 días. Pero, si te sirve de algo, ¡yo lo hice en 60!

 

La ganancia es primero, de Mike Michalowicz

Este libro parte de una anécdota personal de un empresario que estaba en una situación de quiebra. Cuando se lo explica a su familia, su hija de 9 años sale corriendo a su habitación. Y vuelve con su alcancía, para ofrecerle todos sus ahorros.

El autor cuenta que este hecho (que su hija no recuerda) fue lo que le hizo darse cuenta de que tenía que replantear por completo la manera en que gestionaba sus finanzas.

Creó un nuevo sistema, muy sencillo, llamado Profit First y basado en cómo nos comportamos las personas realmente. 

Y, en su libro, explica paso a paso en qué consiste y cómo ponerlo en práctica.

Este fue un libro que leí poco a poco. Pensando, reflexionando, implementando a mi ritmo. 

Para que te hagas una idea, me llevó seis meses acabarlo.

Solo me queda pendiente ir a un buen restaurante mexicano, para disfrutar de la margarita que el autor recomienda prepararse para brindar tras haber terminado de leerlo.

Me quedo con la idea de que, al priorizar nuestra ganancia, vamos más allá del dinero. Estamos priorizando lo esencial, los mejores clientes que tenemos y la calidad del trabajo que les ofrecemos, nuestro negocio y nuestro tiempo. 

La vaca púrpura, de Seth Godin

La vaca púrpura es un libro ágil y breve, muy fácil de leer, que cayó en mis manos el verano pasado y me cautivó desde las primeras páginas.

En él encontrarás una explicación sencilla y de lo más clara sobre cómo se ha transformado por completo la industria de la información, la comunicación y la publicidad. Y qué puedes hacer tú para comunicarte en este contexto.

Habla del marketing invisible y extraordinario, y de la estrategia diferenciadora que pueden seguir las pequeñas marcas que se dirigen a nichos muy específicos.

Me gusta cómo destaca la autenticidad, y el poder que da a las estrategias de diferenciación para transformar negocios con propósito.

Otro libro que he leído al completo, en este caso, ¡en muy pocas semanas! 

Comunica con cabeza y corazón, de Elena Jerónimo

Al empezar a leer el libro de Elena mi propio corazón se empezó a acelerar, y es que no solo ella estaba escribiendo Comunica con cabeza y corazón al mismo tiempo en que yo escribía mi libro, Despierta tu historia de marca.

Sino que, además, las dos empezamos nuestros libros con la misma idea.

En pleno confinamiento, en marzo de 2020, Elena escribía en Tenerife que las palabras definen nuestra realidad.

Sin (aún) conocerla, confinada en el pequeño pueblo de montaña donde vivo, yo escribía que las palabras construyen nuestra realidad.

Al empezar el libro de Elena, me vino a la cabeza Libera tu magia, de Liz Gilbert, y cómo explicaba que las ideas tienen vida propia. Que existen, más allá de quien las piensa. Y que, más de una vez, suelen sucederse, en simultáneo, en diferentes lugares del mundo.

Volviendo al libro de Elena, te digo que  no solo es una lectura para quienes adoramos la comunicación, sino para todas las personas que busquen mejorar la manera en que se expresan hacia los demás. 

Es un libro muy práctico y que tiene muchos ejercicios sobre los pensamientos y los sentimientos. Elena nos explica qué es la escucha, cuáles son los tiempos que necesitan las personas para procesar y entender la información y cómo describimos  los sentimientos. 

Si tengo que escoger una palabra de Comunica con cabeza y corazón, me quedo con asertividad

Una de esas palabras mágicas y superpoderosas, capaces de transformar la realidad.

Lecturas sobre conciliación, creatividad y magia

Te decía al inicio de este artículo que muchas veces leo de forma desordenada, apasionada y libre, por el puro placer de descubrir nuevas de formas de pensar, conocimientos o simplemente disfrutar de las palabras y los mundos posibles que construyen.

Pasaré ahora a compartirte algunos de los libros que me han acompañado en esos momentos de lectura exploradora, y para mí, totalmente fascinante.

No es magia, es conciliación, de Tania Camon

En este libro, Tania trae propuestas muy claras sobre cómo se puede pasar a la acción de verdad con la conciliación.

Una conciliación que va mucho más allá de la dedicación a la familia, sino que tiene que ver con equilibrar las áreas profesional, familiar y personal.

“No es magia, es conciliación” incluye temas relacionados con mentalidad, con enfoque, con cómo entender el tema de la conciliación y cómo poder llevarla a la práctica. 

Sé el cambio que quieres ver en tus hijos, de Elena Arroyo

Un libro en el que la autora cuenta su propia historia, sobre cómo su segunda maternidad no fue bien vista en la empresa donde trabajaba, y cómo el haber renunciado la llevó a cambiar su vida por completo: a nivel profesional, personal y familiar.

Personalmente pienso que el tiempo que dedicamos a nuestros hijos cuando son pequeños (y solo puedo hablar de esto, porque mi hija tiene 3 años y medio) es un anclaje total al presente.

Conectar con el juego es conectar con la creatividad, con las posibilidades y los roles que nos vamos inventando en el camino: que si un canguro, que si una princesa, que si un pato… 

Estos momentos nutren y son importantes para todos los aspectos de la vida. Sí, también para la creatividad en nuestros negocios.

Y después están los momentos de lectura, donde la creatividad directamente estalla. Hace poco leíamos con mi hija el cuento de Àngels Marti:

La Gina i en Bluf, un vol emocionant

Un cuento donde la creatividad se funde con las emociones, así como en la vida misma.

Àngels es psicóloga, y ella dice que su cuento va de gestión emocional.

Pero yo veo que va más bien de crear, de esos mundos que nacen de la imaginación y que están vivos, en forma de emociones.

Sinceramente, yo pienso que todos, todos, somos creativos. Y no es que tengamos la creatividad dormida, anulada o bloqueada. 

Sino que, cada día, estamos creando y tomando decisiones creativamente. 

Lo único que hace falta, a veces, es tomar consciencia de esa creatividad. Conectar con ella, sin miedo. Y darle permiso para fluir.

Por ejemplo, en tus palabras.

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