Es muy probable que haya otras personas que ofrezcan o vendan algo muy similar a lo que haces tú.

Algo que, para un desconocido, a simple vista puede parece “lo mismo”.

Por eso, muchas veces te habrás preguntado cómo diferenciarte, ¿verdad?

Un consejo muy habitual -que es posible que hayas escuchado- es que en tus textos de venta deberás anteponer el beneficio a las características. Es decir, hablar de lo que tus clientes logran contigo/ con tu marca, antes de explicar el producto en sí.

Esto es cierto y súper importante.

Pero, si hablamos de diferenciación, no es suficiente.

Porque no solo habrá personas que vendan “lo mismo” que tú: ¡también los habrá que ofrezcan el mismo beneficio!

¿Y entonces?

Pues aquí es uno de los momentos perfectos para que entre en escena tu personalidad de marca.

Los valores que hay implícitos en tu producto.

Tu manera de hacer las cosas.

Las emociones que generas.

Y tu historia: no como un anclaje al pasado, sino como una promesa del futuro que haces posible.

Si quieres un ejemplo, piensa en lo que lleva haciendo Apple desde que ha lanzado el iPhone.

¿ Tú te conoces los componentes de tu teléfono móvil? ¿Sabes cómo funciona? ¿Podrías explicarme todos los beneficios que aporta?

Y sin embargo, es diferente. ¿Verdad?

Por lo que hace sentir, por el estilo de vida que te puede hacer imaginar, por los valores que envuelven a la marca y que tienen que ver con los de sus clientes…

En definitiva, por elementos que van más allá del producto, y también, más allá del beneficio.

Eso es lo que llamamos storytelling.

Así que, mi pregunta es: ¿Cómo te ves creando el storytelling de tu marca?

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