Si estás aquí es porque te has cansado de perder tu tiempo con correos que no te dan resultado, y quieres comprender cómo puedes empezar a escribir emails que vendan.

Más aun: emails que vendan sin molestar a tu suscriptor. 

Que te generen ventas de personas con ganas de comprarte

Y que te ayuden a tener, también, recomendaciones de prescriptores que inspiren confianza en tu marca. ¡Porque tus emails les encantan!

Así que vamos a ver ahora qué es lo que necesitas hacer para empezar, de una vez, a escribir emails que vendan por si solos. 

1 – Define el objetivo de tu mail

Lo primero que debes tener claro, antes de escribir, es qué es lo que quieres conseguir con ese correo.

Parece algo simple, pero realmente, es la base para escribir emails que vendan y te den el resultado que quieres. 

Al tener claro tu objetivo, podrás pensar con claridad en los textos y la estructura de contenido que te ayude a alcanzarlo. 

Por ejemplo, si tienes una tienda online, y el objetivo de tu correo es presentar un nuevo producto o colección, será importante que todos los enlaces de tu correo lleven a tus suscriptores allí.

Si tu objetivo es que visiten una página de ventas, lo mismo.

Si no quieres que tus suscriptores se dispersen, la primera persona que debe mantener el foco en sus textos eres tú.

2 – Escribe un asunto irresistible

Si tu asunto no llama la atención, todo el empeño que habrás puesto en tu correo se irá a la papelera.

Esto es duro, pero es así.

Piensa en tu asunto como la llave de entrada a tu email.

Es la pieza clave.

No lo mires solo en tu editor de correo, sino que fíjate cómo se ve en tu bandeja de entrada.

Y piensa: ¿yo abriría este mail?

Más aun: ¿la persona a quien me dirijo abriría este mail?

Si la respuesta es SÍ, genial. Ya lo tienes.

Si es que no, sigue por aquí, que te dejo algunas ideas.

Idea #1: Genera curiosidad con tus asuntos de email

Piensa en un asunto que deje con ganas de saber más. 

Es decir, que despierte interés en aquello que tienes para contar.

Fíjate en este ejemplo:

Cerrado por vacaciones. ¿Sí o no?

Este era el asunto de un email que envió Bea Moure en agosto. Una época del año en la que muchas empresas se hacen esta pregunta. Y tienen curiosidad por conocer la respuesta.

Mira este otro ejemplo:

No dormir es durísimo. Rituales para ayudarte a dormir mejor.

Este asunto de Elizabeth González parte de la empatía sobre un problema de sus clientes, para ofrecer de forma clara su solución.

¿Y cuáles son esos rituales? 

Pues tendrás que abrir su email para averiguarlo.

Idea #2: Escribe asuntos que despierten emociones

Otra opción es apostar por una frase que despierte una emoción en tu suscriptor, y le motive a hacer clic.

Fíjate en este titular:

Las mismas acciones traen (otra vez) los mismos resultados.

Este fue el asunto del segundo correo de una promoción que lancé para mis suscriptores en noviembre, para ayudarles con el copy de su campaña de Navidad.

El foco de mi copywriting era la innovación. ¿Cómo hacer algo distinto en una época llena de clichés? 

Y la tasa de apertura fue de un 72%. 

Fíjate en este otro asunto:

Todo se ha hecho antes. Pero no lo has hecho tú.

Con este asunto, Deb Marín titulaba un email sobre diferenciación. 

¿Verdad que te apetece saber qué decía?

3 – Evita recursos habituales y repetitivos (y ten cuidado con los puntos de dolor)

A mí, personalmente, no me gustan los mensajes que se obsesionan con supuestos puntos de dolor.

Por ejemplo, hace poco recibí un correo con un asunto que decía “No lo hagas, Flor”. 

Me acababa de suscribir a su lista, y sentí algo de curiosidad por ver qué me quería contar. Así que abrí el correo. 

Y allí me decía: Hay algo que literalmente mata está matando tu negocio, y ese algo no es externo, eres tú”.

La verdad, no sé qué más explicaba. Porque rápidamente hice scroll hacia abajo, y me desapunté de su lista.

Claramente, ese email no estaba escrito para mi.

Pero es que, además, estaba creado usando un copy en el que no creo.

Conocer las necesidades de tus suscriptores es algo serio

Los intereses de las personas pueden surgir a raíz de diferentes necesidades y deseos. A veces tienen un problema, sí. Y, otras veces, tienen un anhelo. Un deseo de algo.

Partir de un problema es una manera de generar conexión emocional a partir de la empatía.

Pero, ey, cuidado ahí. He dicho: a partir de la empatía.

Y nunca a partir de la agresión.

Porque puedes acabar generando el efecto contrario al que deseas. 

4 – Empieza fuerte (o habrás acabado antes de empezar)

La primera frase de tu correo es la que hará que tu suscriptor siga leyendo. 

O, por el contrario, que decida cerrar tu email y pasar al siguiente.

En tu primer párrafo, el lector necesita saber que lo que se va a encontrar allí le aportará algo. 

Quizás, porque le genere interés, al despertar su curiosidad. O bien, porque conecte a nivel emocional con lo que lee.

Pero eso no es todo. 

Tu suscriptor es real (no ideal) y esto también significa que tiene unas expectativas determinadas de ti al abrir tu correo.

¿Verdad que esperas algo diferente de un correo que recibes un sábado por la mañana, de un coach de desarrollo personal que te hace llegar lecturas recomendadas, de lo que esperas al abrir un mail un martes, de parte de una experta en marketing, que te ofrece una promoción para apuntarte a un curso?

Más aún, si eres coach y tu tono de voz inspira tranquilidad y cercanía, tus emails empezarán de una manera. 

En cambio, si eres experta en marketing y tu estilo es creativo, disruptivo y lleno de color… pues tu forma de hablar será diferente, también. 

5 – Haz que todo tu email motive a la acción

Como te comentaba en el punto #1, antes de escribir tu email tienes que tener clara cuál es su intención.

Es decir, qué es lo que quieres conseguir con este correo.

Por ejemplo, puede que te interese:

  • Llevar a tus suscriptores a tu nuevo artículo del blog
  • Obtener una respuesta sobre determinado tema
  • Que te completen una encuesta
  • Que entren a tu página de ventas
  • O, también, que te lean hasta el final y se queden con ganas infinitas de leer tu próximo correo (lo cual puede ser un excelente objetivo para el inicio de una secuencia). 

Habrá quienes te lean hasta el final. 

También, habrá personas que preferirán hacer clic rápido, aún habiéndote leído en diagonal.

Y, por último, habrá personas que no harán ningún clic. Pero que se quedarán con lo que hayan leído en tu email.

¿Para quién debes escribir, entonces? 

Pues puedes escribir para todos ellos. Por ejemplo (y existen más opciones) al colocar 2 – 3 llamadas a la acción hacia tu objetivo en diferentes partes del texto, y al crear un contenido que aporta valor por sí solo.

Lo que nos lleva al siguiente punto.

6 – Despierta interés y aporta valor en cada email

Habrás escuchado infinitas veces hablar sobre “el contenido de valor”, es decir, del contenido que responda a los intereses, la curiosidad, las necesidades o anhelos de tus lectores, y les aporte algo nuevo o diferente. 

¿Y qué es eso nuevo o diferente? Pues depende. Desde ideas, información, recursos, una reflexión, una oportunidad (como puede ser una campaña o promoción) o una historia que les haga sentirse identificados. 

A veces (muchas veces) puede que no te compren, pero que igualmente lean tus correos, porque allí ofreces algo interesante. Quizás te recomienden, o bien, te tengan presente para comprarte más adelante. 

Ahora, para que ese valor se perciba, es imprescindible que la lectura sea ágil. 

Es decir:

  • Escoge un tamaño de letra fácil de leer (ni demasiado grande, ni demasiado pequeño).
  • Escribe párrafos cortos.
  • Intenta expresarte en positivo.
  • Si te expresas en negativo (por ejemplo: “no pienses que…”) asegúrate de que lo que dices queda claro.
  • Evita los adjetivos acabados en -mente. Hacen muuuy lenta la lectura (y, además, a veces suenan un poco pedantes).
  • Siempre utiliza la voz activa.
  • Utiliza las negritas con moderación.
  • Y nunca (jamás) separes el sujeto del verbo mediante una coma. Además de ser incorrecto, hace perder todo el sentido de tus frases.

7 – Cuida el aspecto visual de tus emails

Una vez que hayas escrito el texto, es momento de pensar en cómo se ve.

Revisa el espacio entre párrafos, los titulares, las llamadas a la acción y las imágenes (si es que las utilizas).

Y sé que este es un consejo básico, pero igualmente te lo tengo que dar: envía tu correo a tu propio email. 

Te lo digo por dos motivos:

1- Cuando llevas tiempo leyendo el mismo contenido, en el mismo soporte, llega un momento en que ya no lo ves con claridad. Necesitas cambiar, verlo en un lugar diferente (esto es algo que nos pasa también a las personas que nos dedicamos a escribir).

2 – Siempre, pero siempre, el texto final es el texto maquetado, tal como lo recibirán los lectores. Es imposible comprender y visualizar la experiencia que tu texto genera si no lo ves tal como lo verán tus suscriptores en sus bandejas de entrada.

Se suele decir (lo habrás escuchado hasta el cansancio) que “una imagen vale más que mil palabras”. 

Pero lo que no se suele decir es que tus palabras también se perciben como una imagen.

Y, por eso, deben ser amigables para la vista de tu lector. 

8 – Ey! No te olvides de la p.d.

La p.d. de tus correos es el recurso perfecto para reforzar ideas clave de tu contenido, dejar a tu suscriptor con ganas de más o, también, volver a dejar el enlace a tu llamada a la acción.

¿Qué puedes decir en la p.d. de tus emails?

  • Puedes aprovechar para anticipar algo, que no viene a cuento de tu correo, pero que quieres que tus suscriptores sepan.
  • Puedes hacer un pequeño adelanto de otra novedad que compartirás pronto.
  • Puedes reforzar la llamada a la acción. Por ejemplo, si tu correo tiene la intención de enviar a tus suscriptores a una página de ventas.
  • Puedes comentar algo más personal, o también, añadir un toque divertido a tu email. 
  • Puedes recordar la idea principal de tu email. ¿Y por qué aquí? Porque hay lectores que son escaneadores por excelencia. Y, tras haberte leído en diagonal, se detendrán al final de tu email.

9 – Segmenta tu lista de suscriptores

Antes de dar a ENVIAR, revisa que vayan a recibir tu correo las personas indicadas.

Por ejemplo, quizás no te interese que quienes acaban de entrar en tu lista de correo, y están recibiendo los emails de tu secuencia de bienvenida, reciban ahora un email de venta sobre otro tema.

Si, además, tienes a tus suscriptores segmentados por intereses, ahora es el momento de comprobar que tu oferta llegará exactamente a aquellas personas que han demostrado interés en ese servicio, gama de productos o área.

Lo cual nos lleva al siguiente y último punto: 

10 – Y si buscas respuestas, empieza por pedirlas

¿Qué pasa cuando quieres que tus suscriptores te respondan? ¿Cómo lo consigues?

En líneas generales, tienes dos opciones:

1. Puedes incluir una pequeña encuesta en el texto de tu correo. 

Esto te servirá para clasificar mejor a tus suscriptores, y enviarles el contenido que realmente les interesa. 

Podrías preguntarles, por ejemplo:

  • si ofrecen producto o servicio, para saber qué ofrecer a cada uno de ellos,
  • si viven en Barcelona, Madrid, Valencia u otras ciudades, e invitarles a los talleres presenciales que hagas en cada sitio,
  • Si necesitan captar nuevos clientes o fidelizar, e incluirlos en diferentes secuencias orientadas a resolver cada una de estas necesidades. 

2. Puedes pedir a tus suscriptores que te respondan con su opinión.

 

Esta opción te interesa si quieres iniciar conversaciones con ellos, mostrar cercanía, y conocer sus comentarios y puntos de vista sobre un determinado tema.

En este caso, es importante que les digas de forma clara cómo te pueden contactar (aún cuando la opción sea responder a tu email). Y, si quieres fidelizar a tu comunidad, será importante que te reserves el tiempo para responderles tú también.

Yo te diría que, si piensas en crear algo nuevo, tu lista de suscriptores es una mina de oro para recabar información sobre lo que espera de ti tu cliente ideal. Y es que son personas que han mostrado un interés real en lo que haces. ¿Qué mejor que pensar en ellos en tu fase de creación / evaluación / renovación de tus productos o servicios?

Resumen y conclusión

Espero, de verdad, haberte ayudado a ganar claridad a la hora de escribir tus correos de venta. 

En este artículo he ido siguiendo el orden que creo que debe tener cada punto: primero definir la intención, pensar un asunto irresistible… hasta llegar a tener una visión completa de tu email justo antes de dar a enviar.

Ahora bien, no hemos hablado de un tema central para crear cualquier contenido: cómo pensar el contenido de tu correo, el storytelling, de forma que conecte con las necesidades que tienen tus suscriptores. 

Porque sólo así podrán sentirse identificados con lo que ofreces y hacer ese clic que tanto deseas.

Para que puedas profundizar en ello, te dejo aquí mi guía gratis: Cómo encontrar temas para escribir.

 

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